
El cuerpo, la alienación y la capacidad simbólica
27 enero, 2025Los mecanismos a través de los cuales las emociones afectan las enfermedades crónicas son complejos e involucran una interacción entre el sistema nervioso autónomo, el sistema endocrino y el sistema inmune. Cuando una persona experimenta emociones intensas, especialmente estrés o ansiedad, el cuerpo activa su sistema de respuesta al estrés, conocido como el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HHS), lo que provoca la liberación de hormonas como el cortisol. A largo plazo, niveles elevados de cortisol pueden tener efectos negativos sobre el sistema inmunológico, debilitando la capacidad del cuerpo para defenderse contra infecciones y favoreciendo la inflamación crónica. En el caso de la diabetes, el estrés crónico puede aumentar los niveles de glucosa en sangre, lo que agrava el control de la enfermedad (Dantzer et al., 2008).

Se ha encontrado que las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos depresivos, y, por otro lado, los pacientes depresivos tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes. La depresión puede afectar negativamente el control de la glucosa al alterar la regulación hormonal y promover conductas poco saludables, como una dieta inadecuada y la falta de ejercicio (Katon et al., 2004). Además, pueden interferir con el tratamiento y la adherencia a las pautas de manejo de la enfermedad, como la monitorización de la glucosa, la toma de medicamentos y la modificación de la dieta.
La interacción entre los factores emocionales y físicos en este sentido resalta la importancia de un enfoque integral para el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes. Este enfoque no sólo consideraría aspectos físicos, sino también los psicológicos y emocionales de la persona, por lo que se ha dado lugar a una serie de intervenciones terapéuticas que buscan aminorar el impacto negativo de las emociones en la salud física. Las terapias psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), han mostrado ser eficaces para reducir los niveles de estrés, ansiedad y depresión en pacientes con enfermedades crónicas. También se recomienda cambiar a un estilo de vida saludable, que incluya la práctica regular de ejercicio, la meditación, y otras técnicas de relajación, pues ha demostrado ser efectiva en la reducción de los efectos negativos del estrés emocional sobre la salud (Crespo et al., 2019).
Referencias
Crespo, C. J., Smit, E., Andersen, R. E., & Carter-Pokras, O. (2019). Physical activity and stress management in chronic disease. American Journal of Lifestyle Medicine, 13(6), 582-591. https://doi.org/10.1177/1559827618811462
Dantzer, R., O'Connor, J. C., Lawson, M. A., & Kelley, K. W. (2008). Inflammation-associated depression: From serotonin to kynurenines. Psychoneuroendocrinology, 33(9), 1311-1323. https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2008.06.001
González, M., Pérez, S., & Martínez, E. (2018). Psicología de la salud: Estrés y enfermedades. Revista de Psicología de la Salud, 30(2), 115-127. https://doi.org/10.1016/j.psysal.2018.01.001
Katon, W., Lin, E. H., & Kroenke, K. (2004). The association of depression with medical morbidity and mortality. Archives of General Psychiatry, 61(7), 708-715. https://doi.org/10.1001/archpsyc.61.7.708